Tenis
de Porcentaje
El concepto de tenis de
porcentaje muchas veces está mal interpretado por muchos
entrenadores, profesores y por la mayoría de los jugadores de primer
nivel.
Todos asumen que el error es debido siempre a una ejecución mala. Rara
vez se preguntan: “Perdí el tanto porque era muy peligroso para
ejecutar?, Fue el factor de riesgo muy alto?”. Entonces, siguen haciendo
los mismos errores; porque sus contestaciones son las siguientes: “Hago
muchos errores, no soy suficientemente bueno, soy demasiado
inconstante”.
Todas estas frases son verdades, pero no ofrecen ninguna mejora. Casi
nunca aciertan lo que es obvio: algo pasa en la forma que juegan. Practican sus golpes por
horas y sin embargo, cometen los mismos errores partido tras partido.
Lo primero que hay que ver es que: “la técnica es el sirviente de la táctica, nunca al revés”.
No tiene sentido decir: “Me
gusta ejecutar la pelota de esta manera, así es mi táctica”,
en vez de decir: “La buena táctica me sugiere esta ejecución y esta es la forma que el
tanto tenga menos margen de error”.
Los jugadores, entrenadores y profesores deberán entender la
importancia que la técnica es un medio y no un fin para lograr excelentes
resultados. Conociendo el uso de los efectos en los golpes y la
importancia del vuelo de la pelota en forma de arco, los márgenes de
errores serán mínimos (ángulos de reflexión).
Explotar las debilidades del rival, sabiendo ejecutar pelotas
paralelas, sacarlo de la base con drop-shots, y ejecutar globos defensivos
y ofensivos, etc., son reglas establecidas dentro del tenis
de porcentaje y su objetivo fundamental es: “Nunca tomar
innecesario riesgo cuando se ejecuta”.
Hay un dicho que dice: “Hasta
que uno no juegue tenis de porcentaje no sabe qué es luchar duro”.
La verdad es que si uno trata un tiro riesgoso y hace un error, donde
está la lucha.
El jugador de porcentaje
se
ha disciplinado para jugar el mismo tiro desde cualquier posición de la
cancha en cada momento que se presente. Lo ha practicado y lo ha
perfeccionado a tal grado, que rara vez realiza algún tiro que no
controla. Se vuelve consistente, sólido y seguro, construyendo una
muralla de confianza; teniendo un plan como éste, sin dudas es la ayuda más
grande que un jugador pueda tener. Está seguro mentalmente, sabe lo que
va hacer, lo ha practicado, tiene confianza en él.
El jugador de porcentaje
no solo tiene un plan; tiene un buen plan, lo conoce y eso lo hace sentir
fuerte y con fe. Esto no descarta la posibilidad de hacerlo pensar, mirar
las debilidades a explotar, realizar jugadas diferentes, etc.
Las bases en las cuales construyó su juego es el conocimiento y las
verdades de los porcentajes.
No hay nada más absolutamente e irrefutablemente razonable y lógico
que los porcentajes.
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