Del
techo, al pozo más profundo, y desde allí... a la cima!!!
No
creo que tenga importancia el dato estadístico, sino la historia de vida
y la secuela que puede y debe dejar el caso de la norteamericana Jennifer
Capriati.
A
los 13 años, ya había "portado el título de niña precoz".
Obtuvo los Torneos de Roland Garros
y el US Open en Juniors. Tres años
después fue Medalla de Oro en los
Juegos Olímpicos de Barcelona, pero ya antes había logrado títulos
internacionales en el Circuito Profesional, y había alcanzado la
semifinal de Roland Garros un año,
y de Wimbledon y el US Open al año siguiente. Era una top ten. Estuvo considerada una de las mejores jugadoras del mundo.
Era
muy famosa. Le llovían los contratos, el dinero... y seguramente las
presiones...
Las
tapas de todas las revistas, y los diarios, la señalaban como la
adolescente más adinerada de los Estados Unidos. El padre Chris Evert, Jimmy, la
entrenaba desde muy pequeñita, y Chris
era su madrina tenística... toda una presentación... y la niña
respondía a las expectativas.
Antes
de los 18 años, (y con sus padres separados hacía poco tiempo), ya no
había que ir a la sección de deportes de los diarios para encontrarla;
su vida pertenecía ahora a las crónicas policiales. Para ese entonces,
estaba ya arrestada por tenencia y
consumo de drogas; también por robo. Sus amistades, entre ellas su
novio, eran tan diferentes a la gente con la que ella había tratado en el
mundo del tenis, que parecía (y de hecho lo era, hasta pesando 7 kilos más),
otra persona.
Fueron
casi 3 años completos alejada del tenis. Irse a vivir sola. Una internación
en una Clínica para adictos. El reencuentro de sus padres, y muchas otras
cosas que la fortalecieron.
A
los 25 años, ganó 2 Grand Slams
consecutivos, Australia y Francia (11 años antes ya había alcanzado
la semifinal en uno de ellos, y 10 años antes en otros 2); y meses después,
alcanzó el Nro.
1 del Mundo.
Llegó
a la cima!!! Salió del pozo más profundo!!!
Aquella promesa que tocó el techo
siendo una criatura... pudo cambiar de vida 2 veces y se reencontró con
LA VIDA.
Por
eso no importan los detalles estadísticos, las fechas, y los nombres que
el periodismo especializado, narra en detalle. Hay algo que es mucho más
profundo que el día en que ganó el Abierto de Australia o la tarde que robó el anillo en aquella joyería de Tampa.
Si
Jennifer, hubiera sido, como lo
fue, la Campeona Junior más joven
de la historia de Roland Garros con 13 años, o si lo hubiera logrado
6 meses después, en qué cambiaba su historia?
Si
Jennifer, no hubiera figurado entre
los 40 deportistas mejor pagos del mundo a los 15 años, y hubieran
sido otros los números, se modificaba la esencia de su historia?
Y
si la joyería no quedaba en Tampa?
Qué
es lo realmente importante?
Lo
importante, lo más importante, es
el ser humano. Y el ejemplo que su caso pueda dejar para los que la
siguen.
Jennifer,
fue un caso muy alto y muy fuerte, de "jugadora
fundida", algo que nosotros, los entrenadores conocemos bien.
Los
que recordamos su carita angelical de triunfos tenísticos, no podemos más
que festejar su regreso y su gloria actual. Y agradecerle a la vida, que
ha recuperado a un ser humano que se codeó con la muerte cuando recién
comenzaba a vivir... porque también recordamos el rostro alcoholizado y la
figura desgreñada de "la otra época".
Me
quedo con sus palabras cuando estalló en llanto en la Conferencia de
Prensa del US Open del año
2000: -"No voy a hablar más,
no me pregunten más sobre mi vida privada, me
siento tremenda, fantástica. No puedo creer este presente. Me ayudaron mi
padre, mi madre, mi hermano y sin ellos no podría estar aquí".
Jennifer,
borraba el pasado y anunciaba que se venía un 2001 "con todo".
Y
este año, 2001, en el Abierto de
Australia, al enterarse de la existencia de una entidad que ayuda a jóvenes
que padecen cáncer, los llamó para que pasaran un día en el torneo. Los
chicos estuvieron con ella, que declaró:
-"Lo hago para que ellos se diviertan. Estoy feliz y puedo probarles
que todo puede ser un poco mejor".
Este
ser humano de sexo femenino, que vino al mundo en marzo de 1976, tenista
de profesión, apenas pasando los mediados de 2001, parece que vivió toda
una vida.
Llegó,
triunfó, se fue, se perdió, peligró su vida, volvió, y alcanzó la
cima... y aún le quedarán nada menos que unos 60 años de vida.
Que
sea sana, y feliz!!!
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Prof. Hugo Borra
Director de "A pleno Tenis"
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