El Entrenamiento mental en el tenis -
(1ra. parte) El tenis, un deporte
"racional" y tradicional, que no tiene sus orígenes en las necesidades
naturales del hombre, es un "juego mental", que exige
sintonía entre la mente y el cuerpo.
El hombre en situación deportiva, en este
caso el jugador de tenis, es un ser que está en la cancha frente a otro,
un rival que está allí del otro lado de la red, aquel con el que se juega
y al que hay que ganar. Este mandato, en muchos casos, hunde al
deportista en una intensa preocupación que deteriora su rendimiento.
Ganar... es una palabra con
múltiples significados, muy importante para el jugador de tenis de elite y
su entorno social .
Ganar puntos, dinero, prestigio
social, éxito, es el sueño de muchos deportistas, pero la posibilidad
de hacerlo realidad se desvanece cuando la atención está centrada
exclusivamente en ese tema, perdiéndose de vista los valores que lo
impulsaron para iniciarse en la práctica por ese deporte, así como placer
por jugar al tenis y divertirse.
A medida que el jugador de tenis crece,
su cuerpo cambia junto con las exigencias que demanda el juego teniendo
que desarrollar ciertas habilidades mentales y no solo físicas,
para poder afrontar adecuadamente las situaciones que se le presentan
dentro y fuera de la cancha.
Su cuerpo cambia, los rivales y los
escenarios en los que compite también experimentan modificaciones.
Comienzan los viajes, las primeras separaciones de los padres, largos
momentos de soledad lejos de sus casas, tiempo libre en países con
costumbres diferentes, etc.
En la cancha al jugador se le presentan
dilemas, situaciones problemáticas que exigen tomar decisiones rápidas y
eficaces, siendo la duda y la indecisión, motivos
suficientes para deteriorar el juego.
Cuando el jugador reflexiona demasiado
sobre lo que está ocurriendo, se interrumpe la sensación de flujo
que es como la de estar actuando en piloto automático. Cuando ésto sucede,
comienzan los problemas debido a que el sólo pensar "Estoy haciendo ésto
maravillosamente bien", o lo contrario, "Soy un desastre", bloquea la
acción y se desvía la atención del juego.
En qué momentos conviene arriesgar?. De
qué modo puedo mejorar la capacidad de observación de la cancha?. Cómo
intuir cuáles son las jugadas posibles y utilizarlas en el momento
adecuado?. De qué modo puedo aprovechar mejor el tiempo que hay entre un
punto y otro para centrarme en el juego y no pensar en lo que ya hice mal,
para no culparme por no haber prestado atención y haber "rifado" la
pelota?. Cómo vencer el miedo para subir a la red y definir con la volea
en momentos claves del partido?.
Estas preguntas y otras tantas
suelen aparecer en la mente del jugador de tenis mientras se está
desarrollando el juego. Se trata de pensamientos, dudas e interrogantes
que toman la forma de diálogos y debates que el jugador tiene consigo
mismo como si hubieran diferentes personajes dentro suyo que opinan
diferente y, mientras piensa a cuál de ellos le hace caso, desvía la
atención aún más sobre lo que pasa en su interior y se aparta del juego.
Así disocia cuerpo y mente... deja su cuerpo en la cancha y desaprovecha
todo su potencial intelectual y emocional.
El tenis es un juego mental que
requiere ciertas habilidades psicológicas que, de acuerdo a cómo
las utilice el jugador, pueden apoyar o dificultar al resto de las
habilidades técnico-tácticas y físicas.
Por ejemplo hay jóvenes que son
arriesgados y juegan al límite, siendo la capacidad de arriesgar una
habilidad que tienen, pero que no la utilizan adecuadamente porque no
tardan en tener estallidos de furia cuando no está jugando como él lo
había imaginado o planeado.
El entrenamiento mental tiene como
objetivo desarrollar aquellas habilidades psicológicas que el jugador no
conoce ni las emplea en el campo de juego, y mejorar aquellas que ya posee
para que las aproveche al máximo pudiendo optimizar su rendimiento y
mejorar la calidad de vida.
Se trata de generar un cambio sobre sus
antiguos hábitos de motivación, pensamiento y de actuación, es decir sobre
aquellas recetas que ha construído el deportista a lo largo de su carrera
y que ya no funcionan como antes.
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