No
cantaban Los Beatles...
Bjorn Borg iba por su quinto Wimbledon
Cuando
comencé a viajar, acompañando jugadores juniors y luego profesionales, por el
Circuito Internacional, mi rol de coach, me permitió, en cierta forma, tener la
mente ocupada en muchas más cosas que el juego en sí.
La
enorme cantidad de detalles en la que uno debe estar cuando se comienza, no se
tiene demasiada experiencia, y en algunos casos (casi siempre) se paga derechos
de piso, hace que uno “afine” el poder de observación de todo lo que lo
rodea.
En este
contexto me llamó muchísimo la atención la primera vez que al acercarme a los
estadios de Wimbledon y de Roland Garros, advertí mucha gente en
la cola para ingresar, pero no comprendía la existencia de carpas armadas en
la calle.
Los
jugadores y entrenadores ingresamos al club a la mañana, muy temprano para
conseguir cancha, y en ese momento las instalaciones no están abiertas aún al
público en general.
Cuando
se abrieron las puertas, ví la desesperación de la gente corriendo dentro
del club... parecía San Fermín... entonces, no fue difícil deducir (luego
de consultarlo me confirmaron), que duermen en la calle, dentro de esas
carpas con la finalidad de poder acceder en los primeros lugares a
presenciar los partidos, ya que la mayoría de las localidades no son
numeradas... eso es fanatismo!!!
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Prof. Hugo Borra
Director de "A pleno Tenis"
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